Por: Aníbal Díaz González
Ya ha transcurrido más de una década desde que Guillermo del Toro nos presentara su particular mundo de personajes bizarros e historias de horror sumamente originales
en "Cronos" (1993). Con esta película -acerca de un aparato que regalaba la vida eterna a su dueño-, del Toro demostró que a la hora de hacer cine de calidad una buena
dosis de imaginación siempre resultará ganadora ante millones y millones de dólares de presupuesto, y, lo que es más, en su momento le probó al mundo que México podía
producir cintas de terror que no tuvieran que ver con mujeres lobo o Pedro Fernández combatiendo a una muñeca diabólica.Poco tiempo después Hollywood puso su vista sobre el realizador Jaliciense. Llegaron "Mimic" (1997), "Blade II" (2002) y "Hellboy" (2004); y entre éstas superproducciones se dio tiempo para, en complicidad con Pedro Almodóvar, traer al mundo "El Espinazo del Diablo" (2001), otro cuento de horror fantástico que bien
podría ser una 'precuela' informal para la obra que es la razón de este artículo: "El Laberinto del Fauno".
Situada en la época de la Post-Guerra Civil Española, en "El Laberinto del Fauno" conocemos a Ofelia (Ivana Baquero), una niña de 12 años que tiene que mudarse a vivir al
campo con su padrastro, el Capitán Vidal (Sergi López) y su madre embarazada (Ariadna Gil). Vidal y su tropa se encuentran en la campiña tratando de resistir a las fuerzas
rebeldes, es por eso que le exige a su esposa que viaje a su lado para que su hijo nazca ante su presencia. Mientras vive una realidad deprimente con su padre muerto y su aversión recíproca hacia el Capitán, Ofelia se refugia en su pasión: los libros de cuentos de hadas. A su llegada al campo, la pequeña descubre de manera accidental un laberinto de piedra que al estimular su afición por la fantasía le causa una curiosidad inmensa.
Una de las sirvientas de Vidal (Maribel Verdú, en una de las mejores interpretaciones de toda su carrera), se percata del interés de la niña por el lugar y le advierte que no se interne
en el mismo porque podría perderse. Sin embargo, durante la misma noche de su llegada Ofelia es visitada por un hada, y guiada por la fantástica criatura la pequeña se interna en el laberinto. Ahí conoce a un fauno (una criatura mitológica mitad chivo, mitad hombre interpretada por Doug Jones), quien le revela que es la hija perdida del rey de un mundo subterráneo y mágico, y
que para volver a ganar su posición como princesa deberá llevar a cabo tres tareas que transportarán a la niña a un fantástico, bizarro y peligroso mundo.
De aquí en adelante, "El Laberinto..." es un despliegue de actuaciones inolvidables, criaturas tan fascinantes como extrañas, y, por supuesto, una de las historias más originales de los últimos tiempos. A estas alturas de la jugada, Guillermo del Toro es uno de los directores de mayor
prestigio alrededor del mundo y gracias a su propia compañía cinematográfica, Tequila Gang, ya puede darse el lujo de invertir un presupuesto bastante jugoso en sus producciones, lo que se refleja en las locaciones y efectos especiales de "El Laberinto...". Lo bueno de éste asunto es que la belleza y el magnetismo de su historia sigue sobrepasando cualquier signo de dólares o de pesos: "límites" es una palabra que no figura en el vocabulario de la imaginación del realizador mexicano. En cuanto a las actuaciones, la pequeña Ivana Baquero me puso a soñar muy alto: en mis alucinaciones guajiras se une al selecto club de Tatum O'Neal y Anna Paquin
como una de las ganadoras del premio de la academia más jóvenes de la historia (O'Neal y Paquin tenían 10 y 11 años respectivamente cuando ganaron la estatuilla).
Baquero le da a Ofelia una combinación de inocencia, introversión, curiosidad, valentía y tristeza que un servidor nunca había visto en un actor o actriz infantil. El espectador se convierte en cómplice de la niña, quiere seguir explorando el laberinto junto a ella, sufre con su tristeza, se desespera ante la situación de su familia y experimenta una sensación tanto de sufrimiento como de alivio cuando se revela el destino final de la pequeña. Hay que mencionar también a Sergi López como el sádico y cruel Capitán Vidal, quien no se tienta el corazón a la hora de hacer sufrir a sus enemigos, Ofelia incluída. Si usted nunca ha odiado a un personaje ficticio, creáme que a Vidal va querer sacarle los ojos, meterle hierros ardiendo en las cuencas y finalmente freírlo en aceite mientras le arranca las manos a machetazos (perdón por ser tan gráfico, pero es la verdad). Por último, pero no menos importante, como olvidar a Maribel Verdú. Con su interpretación de la abnegada sirvienta de Vidal que es más de lo que aparenta, Verdú se lleva la película junto con Baquero. Mientras que en México ya estuvo en cartelera, en Estados Unidos fue de los últimos filmes que se estrenó en 2006. Ante éste margen de
pocas semanas, déjeme lanzarle una última advertencia: "El Laberinto..." fue muy bien recibida en el festival de Cannes, así como por la crítica especializada en Inglaterra y
EUA, y la cereza en el pastel es que ya está más que confirmado que será la representante oficial de México durante la próxima entrega de los Oscares como mejor película
extranjera. Y aunque la competencia está fuerte -y con el riesgo de sonar cursi-, no pierdo las esperanzas de que ahora sí y gracias a Guillermo, el cine mexicano viva próximamente su
propio cuento de hadas.
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2 comentarios:
buena reseña de una excelente pelicula..la mejor pelicula española que e visto la dirigio un mexicano jojojo
saludos vato
Ay anibalito...ya hasta ganas me dieron de poner aunque sea un autocinema ajaja con el cañón k tengo y consigo una pantalla blanca y liiiisstttooo a conseguir movies. Maldito lugar Guaymas k ni un mugre cinito tenemos snif snif...muy buena reseña amiguito...te prometo k iré hasta Hermosillo a verla cuando llegue. Te cuidas y sigue así...
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